martes, 21 de junio de 2016

Amistad de padre e hijo!!!

Papá se tatúa en la cabeza cicatriz de su hijo para animarlo, tras cirugía de tumor cerebral

El niño de ocho años fue diagnosticado el año pasado con un tumor maligno

Por los hijos, los padres son capaces de cualquier cosa, incluso hasta de hacerse una marca de por vida. El pequeño Gabriel Marshall de ocho años fue diagnosticado con un tumor cerebral, y tras la operación le quedó una cicatriz en la cabeza. Para darle ánimos,Josh Marshall decidió tatuarse la misma forma de la herida que quedó en la cabeza de su hijo.
La familia Marshall, originaria de Kansas, recibió en marzo del año pasado la mala noticia de que su hijo tenía un tumor cerebral que ponía en riesgo su vida. Tras la operación, para retirarle el tumor conocido como astrocitoma anasplático, al niño le quedó una gran cicatriz, la cual afectó su autoestima.
Para ayudar a su hijo a elevar sus ánimos, Josh decidió tatuarse la misma cicatriz en la cabeza. Con ello, pretende ayudar a elevar la confianza del niño y darle una lección a la gente que lo ve con curiosidad. La tierna imagen se ha hecho viral en las redes gracias a que Josh entró a un concurso llamado #BestBaldDad en Instagram de la Fundación St. Baldricks para celebrar el Día del Padre.
La imagen de los Marshall fue la ganadora del concurso con más de cinco mil votos. La foto ha enternecido los corazones de miles de usuarios, quienes no han parado de aplaudir el gran corazón del papá.


domingo, 12 de junio de 2016

A un amigo

No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y compartirlo contigo.

No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.

No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.

Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.

No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.

No puedo trazarte limites dentro de los cuales debes actuar,
pero si te ofrezco el espacio necesario para crecer.

No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parta el corazón,
pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.

No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días oré por ti...

En estos días me puse a recordar a mis amistades mas preciosas.
Soy una persona feliz: tengo mas amigos de lo que imaginaba.
Eso es lo que ellos me dicen, me lo demuestran.
Es lo que siento por todos ellos.
Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la alegría que sienten al verme.
Y yo también siento paz y alegría cuando los veo y cuando hablamos,
sea en la alegría o sea en la serenidad.

En estos días pensé en mis amigos y amigas,
entre ellos, apareciste tú.
No estabas arriba, ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el número uno ni el número final.

Lo que sé es que te destacabas por alguna cualidad que
transmitías y con la cual desde hace tiempo se ennoblece mi vida.

Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.

Entonces entendí que realmente somos amigos.
Hice lo que todo amigo:
Oré... y le agradecí a Dios por ti.

Gracias por ser mi amigo.

Autor del poema: Jorge Luis Borges

domingo, 5 de junio de 2016

Primos, una amistad especial

Dicen que un primo ve la primera lágrima, seca la segunda e impide la tercera
Estamos acostumbrados a hablar de los hermanos como los primeros amigos de nuestra infancia, y de ese modo a veces olvidamos, injustamente, el valor que nuestros primos tienen en los primeros juegos, en los primeros cambios y en los primeros afectos.
Ellos son vínculos imprescindibles en nuestra vida y, si la relación es buena, pueden llegar a volverse pilares maravillosos que reflejan muchas sonrisas cariñosas en nuestro rostro.
Digamos que la amistad entre primos es una amistad especial dentro de nuestra familia.
Eso hace que, aunque no sean parte de nuestra vida diaria, logran aún así tener un lugar privilegiado en nuestros pensamientos, así como quedarse siempre grabados profundamente en nuestras memorias.
Los primeros amigos, nuestra familia
Quien tuvo el gusto y el placer de crecer con primos a su lado sabe cuán deseados son los encuentros que tanto tardan en llegar, las tardes de juegos, las historias que contar, las noches platicando durante horas, las peleas y las paces que se hacen bajo la mirada de los adultos.
¡Pídanse disculpas y dense la mano! –decían nuestros padres y tíos. Cómo era difícil darse la mano, pero después de eso era fácil olvidar las peleas. ¿Por qué? Porque cuando éramos niños sabíamos que cada segundo de juego era un tesoro precioso que no podíamos perder, y quedar enojados significaba justamente eso.
El tiempo valía oro y los malentendidos no valían la pena, pues se perdían momentos de placer al lado de nuestros primos, pues en cualquier momento venía la llamada para ir a cenar o para irse a casa.
Con nuestros primos aprendemos a relacionarnos más allá de las fronteras de nuestro hogar seguro, más allá de las normas diarias y de los apuros cotidianos, nos apartaban incluso de la realidad para entrar en un mundo de sueños que nos hacía volar a lugares llenos de fantasía y diversión.
Los primos, una amistad para siempre
Las tardes de juegos y los secretos compartidos hicieron de esos momentos de nuestra infancia algo memorable.
Aprendimos a compartir, a resolver conflictos, a enjugar lágrimas, a escuchar, a curar heridas, a hacer perfumes con flores, a buscar tesoros, a considerar valiosa toda la naturaleza y a obtener una sabiduría emocional que nos transmitió la existencia de una conexión tan especial como la que se establece entre los hijos de hermanos.
La relación que los padres y los tíos mantienen se refleja muchas veces en el clima que se establece en los juegos y en las relaciones entre los propios primos.
Así, si los hermanos pasan tiempo juntos, terminan ayudando a crear entre sus hijos una relación duradera, bien establecida y libre de conflictos cotidianos que, a veces, pueden llegar a oscurecer la belleza de esa etapa y ese momento.
Así como sucede en la relación entre personas especiales que se quieren, dicen que un primo ve la primera lágrima, seca la segunda e impide la tercera.
En la medida que vamos creciendo, surge entre los primos una complicidad especial que se transforma en una permanencia emocional única.
Sabemos que están ahí incluso cuando no nos veamos, somos conscientes de que la distancia física no puede afectar ese sentimiento, y podemos apoyarnos y ayudarnos unos a otros sin ninguna duda o vacilación.
Si esa relación está muy bien enraizada, puede llegar a durar toda la vida, transformándose en una amistad maravillosa dentro del árbol genealógico, una amistad que nos ayuda a diseñar una complicidadextrema, como un postre sabroso que hace sonreír, algunas veces de nostalgia, sí, pero sobre todo de felicidad.
Felicidad que marca una vida y muchas etapas, felicidad que no puede borrarse y que nos hará llevar siempre dentro de nuestro corazón la belleza de tener primos con nosotros.