viernes, 29 de abril de 2016

En el dia del animal, Ramon!!!

No importa lo que suceda en la relación, cuál sea el trato, las indiferencias o los malos genios y regaños, él siempre ha estado ahí. Amoroso, juguetón, pendiente, leal y constante en su amistad, que es permanente e incondicional. Sabe identificar a la perfección el estado emocional en el que me encuentro para actuar de acuerdo con este. Su lengua, que expresa muchas cosas, ha limpiado de mi cara aquellas lágrimas de tristeza que de vez en cuando vienen, con esos besos perrunos de consolación. Él solo entrega amor sin esperar nada a cambio.
Llegó a mi vida después de varios meses de pensar y repensar si estaba dispuesta a enrolarme en el compromiso que demanda todo animal. La decisión final llegó en el momento en que equivocadamente pensé que podría ser un factor de unidad para algo que estaba condenado a terminar. Tal vez esa coyuntura forjó su “perronalidad”: sensible, afectuosa y tierna; pero también con capacidad de entristecerse fácilmente, sobre todo cuando está solo. 

Al tomar la decisión de recibir a un nuevo integrante en casa, empecé por lo que cualquier persona o familia debería: decidir la raza o el tipo de animal que quería que fuera mi compañero de batalla. Era consciente de la limitación de tiempo con la que contaba en mi día a día. Por eso investigué sobre perros que fueran dormilones, que no tuvieran la necesidad de correr mucho y fueran ideales para estar en casa felices de vivir pegados a su amo. Así fue como encontré que el ideal para mí era un bulldog inglés.
Los norteamericanos los llaman ‘velcrodog’ porque jamás se desprenden de su amo. Esa es quizá una de sus características que más me agradan. Siempre está ahí, no importa cuáles sean los “subes y bajas” de nuestra relación; sus ojos caídos siempre están dispuestos a mirarme y, de cierta forma, hablarme y decirme: aquí estoy, soy tu amigo, el que te quiere, te aguanta y te entiende.
Por supuesto, como en cualquier relación, no todo es perfecto y hay cosas que solo se aprenden una vez empieza la convivencia. En mi caso, debido a la raza, tuve que aprender a aceptar que por más que lo educara como dictan las reglas, mi perro se iba a demorar poco más de un año para aprender a hacer sus necesidades donde toca; es decir, fuera de la casa. Igualmente tuve que aceptar que mordiera todos los tacones de mis zapatos, y que hoy mi clóset aún tenga secuelas de aquellas travesuras, pues fue imposible cambiarlo todo.
Tuve que acostumbrarme a las puertas rasguñadas, por su constante intención de entrar o salir de los sitios prohibidos, y a encontrar tapetes rotos y objetos masticados a medias. Pero fue así como mi amigo fiel, el que ha estado ahí desde hace cinco años, me ha dejado una de las más grandes enseñanzas para la vida: ¡Que las cosas deben estar ahí para uno y no uno para ellas!
La mayoría de las relaciones entran en la rutina, y la que hay entre mi perro y yo no es la excepción. Hoy su día a día transcurre mirando por la ventana, observando con detenimiento a los transeúntes, exaltando su ánimo cuando algún can los acompaña. Ladrar no es lo suyo, el silencio es un aliado, pero su mirada es profunda y con ella comunica a la perfección la emoción que le llega. Como a muchos perros, le encanta la comida que no le corresponde y no falta el amigo alcahueta que, a escondidas, le da un pedazo de pan o una galleta; gesto que agradece, pero que lo malcría, le hace daño y después nosotros pagamos con sus efectos digestivos.
Como la mayoría de los de su raza, no tiene muy clara la dimensión de su cuerpo (peso y fuerza). Por eso, a veces parece torpe y brusco. Le gusta hacer las cosas a su manera (¡no en vano dicen que las mascotas se parecen a sus dueños!) y demuestra su agrado por alguien cuando le comparte su sofá y después saca sus juguetes para entrar en dinámica de recreación

Nuestra convivencia y amistad no han sido fáciles, pero a la hora de hacer un balance, el resultado siempre es positivo. Mi amigo cada día es más juicioso. Su emoción al recibirme cuando llego a casa, su compañía durante la siesta después de almuerzo, en donde sus ronquidos son arrulladores (como buen perro chato, cuando duerme el ruido es fuerte) hacen que los momentos de felicidad sobrepasen cualquier molestia y sacrificio que su existencia haya podido significar. Ese compañero de vida del que hoy hablo, ese bulldog inglés que me ha sacado canas, como dicen las mamás, pero así mismo risas y abrazos, en principio se iba a llamar Romeo, pero su cara y sus ojos me hicieron llamarlo Ramón. 


CAMILA ZULUAGA

sábado, 23 de abril de 2016

Vicent

A pesar de su corta edad, Vincent Butterfield, de 7 años, alumno de primer grado de primaria del Central elementary School Union en Missouri (Estados Unidos), dio ejemplo de amistad y solidaridad al raparse la cabeza para que su mejor amigo que padece leucemia no se sienta extraño, y además emprendió la venta de bufandas para ayudarlo a costear su tratamiento médico.
Cuando Vincent se enteró que a su amigo, Zac Gossage, le diagnosticaron cáncer comenzó a realizar muchas preguntas del tema, aprendió que su amigo se quedaría sin cabello y que su tratamiento sería costoso.
En sus propias palabras, Vincent explicó que la enfermedad “es una pelea entre las células blancas y las rojas”, según informó el noticiero local de WTNH canal 8.
A pesar que Zac debe asistir frecuentemente al hospital por su tratamiento de quimioterapia, el niño no falta a la escuela “porque así yo puedo jugar con Vincent”, señaló, además cada vez que la profesora le pregunta cómo está, el responde con entusiasmo “estoy bien”.
Un día Vincent llegó al colegio con la cabeza cubierta con una gorra, y le dijo a su profesora que tenía una sorpresa para Zac y al quitarse la gorra  mostró su cabeza rapada. "Lo hice para que no sintiera que él es el único sin pelo", expresó el niño.
Con apoyo de su familia, Vincent decidió vender bufandas, con la venta de más de 20 de ellas obtuvo un poco más de 200 dólares que le entregó a su mejor amigo para su tratamiento.
Los que lo conocen señalan que Vincent, a pesar de su corta edad, enseña con el ejemplo el valor de la amistad, la entrega y solidaridad para ayudar no sólo económicamente a un amigo sino también con gestos que sólo puede nacer de un corazón puro y sincero.
MISSOURI, 30 Ene. 14 / 11:36 pm (ACI/EWTN Noticias)

domingo, 17 de abril de 2016

Owen y Haatchi, mas que una amistad!!

La historia de una increíble amistad entre un niño británico enfermo y su perro de tres patas, que se encontraron para superar juntos sus discapacidades, conmueve a miles de internautas de todo el mundo al mostrar un “amor en estado puro”.Owen Howkins, un niño londinense de 7 años d edad, sufre desde su nacimiento una rara enfermedad degenerativa llamada Síndrome Jampel Schawartz, que padecen solo 30 personas en todo el mundo, y que hace que sus músculos permanezcan siempre en tensión, algo que le impide moverse con facilidad.
Durante muchos años, los padres de Owen pensaban que su hijo estaba condenado a la soledad y el aislamiento de por vida hasta la llegada a su casa de un perro, llamado Haatchi, que, por su parte, también contaba con una historia de dolor y abandono, informa el periódico británico ‘Mirror‘.
Los trabajadores de la organización animalista RSPCA encontraron a un cachorro abandonado junto a una línea del ferrocarril de Londres. El perro estaba gravemente herido tras ser atropellado por un tren y como consecuencias del accidente, perdió una de sus patas traseras y la mayor parte de su cola. Durante mucho tiempo Haatchi no encontró un nuevo hogar y su futuro parecía sombrío, antes de su encuentro con la novia de Will Howkins, el padre del pequeño Owen.
Colleen Drummond, que ha sido la madrastra de Owen desde que el niño cumplió 3 años, aseguró que desde que el perro llegó a su casa, estableció una conexión inmediata con el niño que su familia considera como “amor en estado puro” 
“Owen solía tener miedo a los extraños, pero ahora quiere hablar con todo el mundo sobre Haatchi y quiere salir todo el tiempo a las exposiciones caninas. La diferencia que vemos en él no se puede expresar con palabras”, cuenta Drummond.
“Es difícil de explicar, pero él es especial porque cambió mi vida”, confiesa el niño. 
 

Fecha de la noticia 19 febrero de 2014 

Fuente: Cuba debate.

viernes, 8 de abril de 2016

Algunas amistades son eternas!!


Algunas veces encuentras en la vida
una amistad especial:
ese alguien que al entrar en tu vida
la cambia por completo.
Ese alguien que te hace reír sin cesar;
ese alguien que te hace creer que en el mundo
existen realmente cosas buenas.
Ese alguien que te convence
de que hay una puerta lista
para que tú la abras.
Esa es una amistad eterna
Cuando estás triste
y el mundo parece oscuro y vacío,
esa amistad eterna levanta tu ánimo
y hace que ese mundo oscuro y vacío
de repente parezca brillante y pleno.
Tu amistad eterna te ayuda
en los momentos difíciles, tristes,
y de gran confusión.
Si te alejas,
tu amistad eterna te sigue.
Si pierdes el camino,
tu amistad eterna te guía y te alegra.
Tu amistad eterna te lleva de la mano
y te dice que todo va a salir bien.
Si tú encuentras tal amistad
te sientes feliz y lleno de gozo
porque no tienes nada de qué preocuparte.
Tienes una amistad para toda la vida,
ya que una amistad eterna no tiene fin.
Autor del poema: Pablo Neruda